El Itinerario de Alta Formación articula sus contenidos con el objetivo de ofrecer una metodología experiencial, que permite el reconocimiento y la interpretación de los factores y de las dinámicas que concurren a los procesos de desarrollo local y que haga del intercambio de experiencias y del diálogo internacional su instrumento fundamental. La Economía Civil se basa en las virtudes cívicas y en la naturaleza social del ser humano, que se ve impulsado a encontrarse, incluso en el mercado, con el otro. Sus pilares típicos son la virtud, la sociabilidad y la felicidad. La economía civil es un laboratorio, de práctica y teoría: un proceso inclusivo y abierto. Es un proceso inclusivo biodiversificado, que concierne y se dirige a toda la economía, a la que observa y juzga civilizada o incivilizada. Es una mirada al mercado, cuya naturaleza cooperativa ve por encima de todo. Es también una profecía, que se erige ante la economía cotidiana como un deber ser, y que nos recuerda las metas más altas a las que puede llegar la convivencia civil, incluida la economía. En estos siglos, atravesados por mil contradicciones, el ideal de una economía finalmente civilizada ha acompañado el desarrollo del pensamiento y de la práctica económica. La economía real se convierte en economía civil cada vez que una empresa, una organización, un consumidor, una elección individual consigue dar el "salto de la gratuidad" y suscitar relaciones de reciprocidad.

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La experiencia cooperativa del Trentino como reacción a un contexto económico y social difícil que los enfoques basados en el mercado o en el público por sí solo no sirven para encontrar respuestas. La cooperación se estableció en respuesta a situaciones de crisis y fragilidades, movilizando recursos y energías que de otra manera hubieran sido dispersas y fragmentadas. La cooperación nunca fue sólo un fenómeno sectorial. Por lo contrario, uno de sus puntos fuertes ha sido la variedad de los sectores de intervención y su capacidad de establecer un planteamiento uniforme e integrado. La pluralidad de las experiencias sectoriales cooperativas es también la mejor garantía de innovación, porque expresa la capacidad de adaptarse y cambiar en el tiempo la capacidad de respuesta a las nuevas necesidades que surgen de la realidad social.

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La Economía de Comunión (EdC) fue fundada por Chiara Lubich en mayo de 1991 en Sao Paulo, está formada por empresarios, trabajadores, directivos, consumidores, ahorradores, ciudadanos, investigadores y operadores económicos comprometidos a distintos niveles en la promoción de una praxis y una cultura económica caracterizadas por la comunión, la gratuidad y la reciprocidad, proponiendo y viviendo un estilo de vida alternativo a la dominante en el sistema capitalista. Tiene como finalidad vivir y difundir una nueva cultura económica y cívica –desde la infancia hasta la ancianidad – que contribuya a la formación de empresarios que compartan libremente los beneficios para sostener los fines de la EdC: la reducción de la miseria / exclusión, la difusión de la cultura del dar y de la comunión, y el desarrollo de la propia empresa y la creación de puestos de trabajo. Frente a las distintas formas de indigencia, exclusión y miseria propone una doble inclusión: comunitaria y productiva, con la certeza que no es posible curar ninguna forma de pobreza no elegida sin incluir a las personas desfavorecidas en comunidades vivas y fraternas.